Guía turística: qué hacer y ver en Valencia
El gran tesoro del Mediterráneo.
La capital valenciana lo tiene todo para ser el destino de tus sueños: una simbiosis perfecta entre edificios históricos y amplias zonas verdes, una agitada vida nocturna, exclusivas zonas comerciales y el plato más emblemático de la gastronomía española, la paella. Y todo ello, claro, a orillas del mar Mediterráneo. Valencia ha sabido combinar a la perfección la mezcla de culturas que sembraron su pasado legendario con edificios vanguardistas como el conjunto que conforma la Ciudad de las Artes y las Ciencias, todo un símbolo del nuevo milenio. Barrios como el del Carmen, con un encanto especial, un paseo marítimo repleto de animados restaurantes y fiestas de alcance internacional como Las Fallas te esperan en un enclave de excepción. ¡Bienvenido a la capital del Turia!
Estadio de Mestalla
Sede de los partidos del Valencia C.F. Y uno de los históricos campos de España.
Principal centro deportivo de la ciudad.
Mestalla es el estadio en el que disputa sus partidos el Valencia C.F., el equipo de fútbol más laureado de la ciudad y el quinto conjunto con mejor palmarés de la Liga Española. Su nombre procede de la antigua acequia musulmana de Mestalla, que discurría junto al edificio y que en los inicios del club había que cruzar para poder entrar en el campo. Tras su inauguración en 1923, este coliseo se ha llegado a convertirse en uno de los más importantes de España, habiendo albergado numerosos partidos de selecciones internacionales y siendo una de las sedes habituales para la celebración de la final de la Copa del Rey. Si eres aficionado al fútbol, no puedes perderte el Mestalla Forever Tour, un recorrido guiado por los lugares más emblemáticos del estadio, como los vestuarios o la sala de trofeos. Tiene una capacidad para 55.000 espectadores.
Ágora
Inconfundible por su forma de elipse vertical y su bicromía blanca y azul.
Heredera del espíritu griego.
Un elemento más del gran proyecto de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, este Ágora es una inmensa plaza cubierta diseñada también por el arquitecto Santiago Calatrava. El edificio guarda en su interior el espíritu de las antiguas plazas griegas en lo relativo a la idea de convertirse en un espacio para la cultura y el conocimiento de la ciudad, un lugar en el que se han mezclado disciplinas artísticas y deportivas y donde tienen cabida todo tipo de eventos. De hecho, ha acogido desde el Valencia Open 500 de Tenis hasta conciertos de música, pasando por congresos y festivales. Su diseño vanguardista la hace fácilmente reconocible por su forma de elipse vertical blanquiazul y por sus juegos de columnas y cristales que la elevan hasta el cielo de Valencia.
Localidad de Ademuz
Pequeño pueblo rodeado de magnificos paisajes y rutas de senderismo.
Ponemos rumbo al interior.
La costa de Valencia no es el único atractivo de la ciudad, el interior de la región también ofrece numerosas alternativas para disfrutar de valles y paisajes montañosos. Una de las mejores opciones que puedes seleccionar es la visita al municipio de Ademuz, una encrucijada de caminos que se ubica entre las provincias de Valencia, Castellón, Cuenca y Teruel. Su fatigosa orografía planeta un sinfín de rutas de senderismo en las que entrar en contacto con la naturaleza y disfrutar de unos contrastes paisjísticos en los que las rocosas cimas de El Pinar o El Cerellar se funden con la ribera del Turia para deleitarnos con postales de incalculable valor. También son célebres los amplios pinares de esta comarca. Como nota culinaria, cuando visites Ademuz no olvides probar sus conocidas gachas, ¡seguro que te encantan!
Parque Natural de la Sierra Calderona
18.000 hectáreas agrestes con estampas orográficas impactantes.
Una excursión obligatoria.
Situado en los límites de las provincias valenciana y alicantina, el Parque Natural de la Sierra Calderona está concebido como el principal pulmón de oxígeno de toda la región, un enclave emblemático para conocer la naturaleza en su versión más agreste. Tiene una dimensión de casi 18.000 hectáreas, un espacio en el que los acantilados se mezclan con los bosques de pinares y encinares generando unas vistas de increíble belleza. Su ubicación cercana al mar, su particular clima y los vientos de levante han propiciado que se trate de una zona rica en minerales; por ello, según la luz del día podrás disfrutar de una luminosidad y una paleta de colores única reflejada en las montañas. Buena parte de estas cumbres están desnudas de vegetación, lo que permite descubrir los preciosos tonos roijzo y cobre de la zona.
Valencia Bikes
Si te gusta la bici, recorrer Valencia sobre dos ruedas es una auténtica gozada.
¡A pedalear se ha dicho!
Su llana orografía y su agradable clima durante todo el año convierten a la capital valenciana en un lugar idóneo recorrer sus calles usando la bicicleta. Aunque tiene unas dimensiones considerables, la ciudad a está preparada para este tipo de transporte al disponer de una gran red de carriles-bici, con muchos kilómetros de vías. Valencia Bikes es una de las empresas que se dedican al alquiler de bicicletas y a organizar excursiones guiadas en grupo para conocer sus espacios más destacados, siempre desde una perspectiva diferente. Cuenta con numerosos puntos a lo largo de la ciudad en los que retirar o dejar tu bici, algo que facilitará tu ruta y te permitirá recorrer Valencia a tu ritmo, según las prioridades que te vayas señalando. Por ejemplo, como recomendación, atravesar el Parque de Cabecera sobre dos ruedas es toda una experiencia gracias a su entorno natural privilegiado.
Parque de Cabecera
Todo un símbolo de la simbiosis entre ciudad y naturaleza.
Un envidiable colección verde.
Valencia siempre ha sido reconocida por su inusitada capacidad para mezclar lo urbano y lo natural de una manera disimulada, virtud que le ha permitido combinar uno de los mayores centros históricos del país con múltiples zonas verdes que la convierten en una ciudad mucho más amable. La mejor prueba de ello es el Parque de Cabecera, ubicado en la zona más profunda del parque que rodea al Río Turia y al que se puede acceder a través del Bioparc. Está dividido en cuatro zonas: el Bosque de la Ribera, la Plataforma Mirador, el Parque de Atracciones y el propio Bioparc. Te recomendamos comenzar por el Bosque de la Ribera, pues posee una gran cantidad de rutas y senderos naturales que podrás recorrer andando o en bicicleta, y así llegarás al Mirador, la zona más alta del parque y el lugar perfecto para descansar contemplando el verde horizonte.
Jardines del Real (los Viveros de Valencia)
Siéntete como un rey paseando por este precioso y tranquilo parque.
Enclave natural con larga historia.
También conocidos como Jardines de Viveros, los Jardines del Real conforman uno de los parques más importantes de la capital y una zona verde especialmente querida por los valencianos. Su historia se remonta hasta el siglo XI, cuando bajo la dominación del rey moro Abd-Aziz se ordenó construir estos jardines a orillas de la antigua residencia del monarca. Por aquí han paseado los reyes de todas las épocas de la ciudad, algo fácil de entender cuando descubrimos la tranquilidad y belleza del lugar. Eso sí, hubo que esperar hasta principios del siglo XX para que este gigantesco parque se convirtiese en público y pudiera disfrutado por los vecinos. Dentro de su espacio se ubican diversos puntos turísticos de la ciudad, entre los que destaca el Museo de Ciencias Naturales de Valencia.
Jardín del Turia
El mayor parque de la capital, perfecto para dar un paseo y desconectar.
Enorme pulmón urbano.
Durante la década de 1950, Valencia sufrió una de las peores catástrofes naturales que se recuerdan: el río Turia, que atravesaba la ciudad, inundó sus calles en una crecida de caudal sin precedentes, causando la muerte de más de un centenar de vecinos. Tras este desastre, se decidió que el río no debía pasar por el núcleo urbano y la ciudad se embarcó en la obra más aparatosa de su historia, desviando el cauce del río por otra zona y convirtiendo su antiguo recorrido en uno de los pulmones verdes de la ciudad. Se trata de una inmensa zona dedicada al ocio y al deporte, diseñada por el popular arquitecto Ricardo Bofill. Se alza como el jardín urbano más grande de Valencia y de España, uniéndose con el Jardín de los Viveros y abarcando desde la zona de la Ciudad de las Ciencias hasta el Bioparc.
Playa de la Malvarrosa
Infinita y con mucha vida: la playa valenciana por excelencia.
La más conocida de Valencia.
La ciudad cuenta con diversas playas, pero quizá la más conocida por vecinos y visitantes sea la Playa de la Malvarrosa, un arenal de más de mil metros de longitud que bordea la costa de Valencia y esconde una curiosa historia detrás de su nombre: se llama así porque durante muchos años fue un enorme campo de cultivo de malvarrosas, con más de tres kilómetros de extensión, tan llamativo e importante que dio nombre a todo el barrio. Su creador fue Félix Robillard, que desempeñó durante muchos años la labor de jardinero oficial del Jardín Botánico. Con la reforma del Paseo Marítimo en los años 80, este punto de la capital ha disfrutado de un desarrollo sin precedentes, con una gran cantidad de restaurantes, terrazas y chiringuitos que permite a los bañistas deleitarse con un estupendo ambiente durante todo el día.
Parque Natural de la Albufera
Ecosistema único de gran valor, una visita obligada durante tu estancia.
Oasis natural de elevado valor.
A unos diez kilómetros al sur de la capital se encuentra el lago más grande de toda España y uno de los humedales más característicos de la Península Ibérica. Declarado Parque Natural en el año 1986, el Parque Natural de la Albufera es un paraíso natural de especial interés, pues sus aguas han creado un ecosistema único para numerosas especies animales. Su gran valor ecológico estriba en albergar especies en peligro de extinción como el fartet o el samaruc. Una opción inmejorable es comenzar tu paseo desde la localidad de El Palmar, desde donde los bosques se mezclan con las dunas hasta integrarse con las aguas mediterráneas. Su extensión es de unos 24 km², superficie rodeada por otros 223 km² de arrozales que producen un arroz de calidad incomparable y que sirve de base para algunos de los exquisitos platos de la región.
Valencia de noche
La noche valenciana es tan divertida como variada.
La ciudad que nunca duerme.
Algunas de las opciones más destacadas para disfrutar de la noche valenciana ya las hemos nombrado, pero hay más. Desde el Barrio del Carmen a la nueva zona alternativa de Ruzafa encontrarás un gran número de calles que cobran vida por la noche. Hay al menos otras dos zonas que no debes dejar de conocer: por un lado, las calles que transcurren desde la Plaza del Cedro hasta la Avenida de Aragón, que se convierten en el epicentro de la noche más juvenil. Aquí se da cita el plantel de universitarios, tanto estudiantes valencianos como de cualquier parte del mundo, al ser la ciudad uno de los destinos preferidos para los Erasmus; por otro, ya provista de un carácter más elegante, no te pierdas la zona de la Marina Real, junto al mar, donde disfrutarás de exquisitas copas viendo caer el sol sobre el Mediterráneo y casi mojándote con las olas de la playa.
Barrio de Ruzafa
El barrio de moda en Valencia, célebre por sus numerosas opciones nocturnas.
Para tus noches alternativas.
Busques lo que busques, ten por seguro que lo podrás encontrar en Ruzafa. Desde hace unos años, este céntrico barrio se ha convertido en una de las zonas más concurridas de Valencia gracias a su diversidad de estilos y a su capacidad para satisfacer todos los gustos. Hablamos de una perfecta simbiosis de cultura, de música y de ambientes. Ruzafa es una zona magnífica para salir a tapear cuando se acerca la noche, para cenar en uno de sus múltiples restaurantes (encontrarás cualquier estilo, desde mexicanos hasta italianos, también locales vegetarianos) o para comenzar una larga noche de música y copas en alguno de sus reputados clubs. Te recomendamos aprovechar su amplia oferta para disfrutar de música en directo mientras saboreas una cerveza con los amigos o compartes mantel en una cena romántica con tu pareja. ¡En este barrio todo es posible!
Café de las Letras
Diferente, especial y acogedor
Cócteles con alma bohemia.
Ubicado en en pleno casco histórico, el Café de las Letras es toda una institución de la noche valenciana, especialmente para los universitarios. Su singularidad estriba en diferentes pilares: un ambiente dominado por su iluminación tenue y cálida, una decoración ecléctica digna de mención y una paz difícil de encontrar en otros locales de la ciudad. Es especialmente conocido por sus cócteles, variados y muy originales, basados en recetas propias que son rematadas por una excelente elaboración. Conforman una de sus señas de identidad. Su ambientación se completa con una música agradable y un apartado de libros y prensa en el que podrás desconectar después de un largo día de trabajo. Al caer la tarde se empieza a llenar de gente, pero aun así siempre es posible charlar tranquilamente mientras disfrutas de un café o una cerveza bien fría.
Parque Temático Bioparc
Ideal para una jornada lúdica con tus hijos, en contacto con la naturaleza.
Para los más pequeños de la casa.
Bioparc sobresale por estar fundado bajo una premisa diferente a la del resto de zoológicos tradicionales: se ha buscado recrear el ecosistema natural de las especies que habitan en el parque, posibilitando amplios espacios para que los animales se sientan cómodos. Está especializado en fauna africana y dividido en cuatro zonas diferencias: bosques del África ecuatorial, Madagascar, sabana seca y sabana húmeda. Este parque ofrece la posibilidad de disfrutar de animales tan llamativos como el gorila occidental, rinocerontes blancos, jirafas e hipopótamos, convirtiéndose así en una alternativa lúdica para disfrutar con tus hijos del contacto con la naturaleza. Pero no sólo está orientado a los niños, su intención de concienciar sobre el peligro que corren diferentes ecosistemas del mundo debido a nuestro modo de vida lo convierten también en una interesante visita para los adultos.
Bodega La Pascuala
¿Has probado alguna vez la carne de caballo? Aquí tendrás tu oportunidad.
Bocadillos del tamaño de tu brazo.
¿Te encuentras caminando por el paseo marítimo y empiezas a sentir apetito? Entonces guía tus pasos hacia La Pascuala, también conocida como Casa Boix, y disfruta de toda una institución en el almuerzo valenciano. Su reclamo es sencillo y efectivo: sirven los bocadillos más grandes de toda la ciudad, te darás cuenta de que es cierto cuando los midas con tu antebrazo. El local empieza a llenarse sobre el mediodía, y hay momentos en los que incluso llega a haber una cola de personas esperando para pedir. Sus recetas caseras son realmente originales, pudiendo disfrutar de emparedados de carne de caballo, sobrasada a la plancha o tortilla de morcilla, entre otras especialidades irresistibles. En cuanto a pescado, el bacalao frito es una de sus recetas más solicitadas.
Playa El Saler
Enclave para disfrutar de una gran tranquilidad, alejado de las masas.
Auténtico paraíso mediterráneo.
Atento a esta recomendación: aléjate un poco de la ciudad en dirección al sur, conduce durante unos diez minutos o viaja en autobús y detente al ver frente a ti las enormes dunas de la Playa El Saler. En ese precioso lugar estarás divisando el corazón del Parque Natural de la Albufera. Esta playa se caracteriza por su envidiable entorno paisajístico, su arena blanca y su extensión de más de tres kilómetros, y el hecho de que pertenezca a este espacio protegido ha permitido que casi no se note la mano del hombre. Si buscas un enclave tranquilo y sin aglomeraciones, no lo dudes. Además, en ciertos tramos está permitida la práctica del nudismo. También dispone de diversos restaurantes a pie de playa que se convierten en una inmejorable opción para disfrutar de los platos marineros tradicionales de Valencia, como un sabroso arroz con bogavante, una fideuá o finas recetas de pescado fresco.
Jardín Botánico de Valencia
Santuario para los amantes de la naturaleza, con más de 4.500 especies.
El color verde por bandera.
Las personas a las que les apasiona la flora y la fauna tienen en este lugar una de sus referencias obligadas, ya que el Jardín Botánico de la Universidad de Valencia cuenta con más de 4.500 especies diferentes de plantas. Este museo vegetal se encuentra dividido en distintas áreas: por un lado se expone aquella flora que forma parte del ecosistema de la región, así como numerosas curiosidades sobre la naturaleza que reina en la comunidad; por otro, dentro del área de Escuela Botánica, la más amplia del parque, se muestra un recorrido a través del uso humano de las plantas y un viaje didáctico sobre la repercusión de la flora en las diferentes culturas. Destaca su colección de palmeras adultas, una de las mayores de Europa. También dispone de un área donde se muestran plantas en peligro de extinción, un acuario y un aviario.
Palau de la Música
Uno de los escenarios más respetados del mundo, alabado por artistas y crítica.
Prestigioso edificio con vistas al Turia.
Hace años que la ribera del río Turia fue remodelada para convertirse en uno de los paseos más bucólicos y agradables que puedes encontrar en Valencia. En medio de esta preciosa alameda se ubica el Palau de la Música, inaugurado en el año 1987 y proyectado por el arquitecto José María de Paredes. Se trata de una inmensa bóveda acristalada que se integra con gran disimulo con el jardín por el que se accede a su interior, diseñado por Ricardo Bofill. La otra fachada apunta al río Turia y ofrece desde dentro unas vistas espectaculares de la principal arteria fluvial de la ciudad. Por el escenario del Palau han pasado los principales principales compositores, directores, cantantes y orquestas del mundo, que han coincidido en alabar su inmejorable acústica. Su sala principal lleva el nombre de José Iturbe y es admirada por los críticos internacionales más exigentes.
Las Fiestas de las Fallas
La cita más importante del calendario festivo local. ¿Te lo vas a perder?
¡Viva el 19 de marzo valenciano!
A pesar de que no se sabe con exactitud cuándo comenzaron a celebrarse, sí existe documentación histórica que las certifican al menos en el siglo XVIII. Las Fallas no sólo son las fiestas más importantes de Valencia, también una de las más famosas de toda España, unos días en los que la ciudad se llena de alegría, color y fuego para el disfrute de vecinos y multitud de visitantes. Se cree que sus orígenes residen en el gremio de los carpinteros, quienes en la noche de San José quemaban frente a sus talleres los muebles viejos e inservibles; poco a poco se fue convirtiendo en tradición y se trasladó al resto de los ciudadanos, que incorporaron paulatinamente el tono satírico que muestran en la actualidad. La fecha clave es el día de la cremà, el 19 de marzo, cuando se pone punto y final a la fiesta con la quema de las fallas, las características esculturas de cartón o madera.
Paseo marítimo de Valencia
Restaurantes, terrazas y tiendas con vistas al mar. ¡Una experiencia completa!
Justo a la orilla del Mediterráneo.
Todo aquello que describe a Valencia lo encontrarás reflejado en esta parte de la ciudad, el lugar ideal donde pasar una tarde memorable: playas, terrazas con vistas al mar y el aire puro del Mediterráneo. Es una sensación única. El paseo marítimo es un precioso enclave por el que disfrutar de una agradable caminata o pedalear al aire libre, pues está recorrido por un largo carril para ciclistas, y pararse a contemplar las diferentes esculturas y monumentos que rememoran la estrecha relación que ha existido siempre entre Valencia y el mar. Antiguamente, este enclave contaba en uno de sus extremos con un cultivo de malvarrosas propiedad de Félix Robillard, un afamado jardinero que convirtió a la zona en uno de los puntos claves del comercio en la ciudad. Hoy recogen el testigo las numerosas tiendas y restaurantes que copan el paseo, convirtiéndolo en una de las más animadas de la capital.
La milla de oro de Valencia
Recorrido por las tiendas más exclusivas de la capital del Turia.
Elegancia y distinción a flor de piel.
Como en cualquier gran ciudad que se precie, la exclusividad y el lujo también tienen cabida en Valencia. La zona comercial que ocupa los alrededores del Palacio del Marqués de Dos Aguas se erige orgullosa como la milla de oro de la ciudad, un enclave en el que encontrarás las tiendas más sofisticadas en lo que a moda y diseño se refiere, con marcas de primer nivel, intentando de forma simbólica tomar el legado de esta familia que históricamente marcó el símbolo de la opulencia. Muchas de las tiendas de este barrio se han unido para crear la línea Dos Aguas Luxury Shopping, en la que se dan la mano los diseñadores más célebres y las joyerías más distinguidas. Las calles Marqués de Dos Aguas, Poeta Querol (previamente comentada), Salvá o la Plaza del Patriarca conforman un conjunto comercial único dentro de la capital.
Abanicos Carbonell
Generación tras generación, la calidad de sus abanicos sigue siendo insuperable.
Toda una institución familiar.
El abanico ha sido desde siempre un objeto típicamente valenciano, uno de los símbolos de la ciudad que más colorido derraman en los días de primavera y verano. Y si hay un rey de los abanicos en Valencia, ése es, sin lugar a dudas, Carbonell: desde mediados del siglo XIX, generación tras generación, han conseguido que esta marca de abanicos se convierta en una institución dentro y fuera de la capital. Su tienda se encuentra ubicada en la céntrica calle Castellón, muy cerca de la Estación del Norte, y sigue siendo la propia familia la que regenta este lugar. Además de sus propias creaciones, también disponen de otras marcas populares como Aldaia, Goldella o Alaquàs. Sus telas o países, como se llaman en el argot, muestran tal variedad de motivos que permiten a sus modelos ser prácticamente infinitos. Si quieres regalar algún recuerdo típico de Valencia, estás en el lugar adecuado.
Calle de las Cestas
Impecables productos de mimbre elaborados según manda la tradición.
Definición gráfica de artesanía.
Santo y seña de la ciudad, seguramente sea la calle más conocida del casco antiguo de Valencia por haberse convertido en su epicentro artesano: aunque su nombre oficial es Músico Peydró, todos los vecinos la conocen como 'Calle de las cestas' por estar ubicados allí numerosos talleres de mimbre desde los años 40 y 50 del siglo pasado. Los negocios han ido pasando de generación en generación, permitiendo así que el noble oficio no llegara a perderse, hasta el punto de que hoy día se encuentra más vivo que nunca. Aquí, el embrujo de la artesanía se nota en el ambiente. Durante décadas, estos talleres han ofrecido cestas para la compra, cunas o canastos para guardar la ropa, y desde hace años también comenzaron a fabricar otros productos de exquisita calidad como artículos de madera o muebles de mimbre y junco. Todo aquí es manufacturado, de una calidad suprema.
Plaza Redonda
No te pierdas el peculiar mercadillo que acoge todos los domingos.
El gusto comercial de antaño.
Como si el tiempo se hubiera detenido, esta plaza de planta circular aún conserva el peculiar ambiente comercial de antaño. En el momento de ser construida se encontraba en el centro geométrico de la ciudad, y sus alrededores peatonales le otorgan un carácter sobradamente singular, permitiendo pasear tranquilamente mientras se disfruta de preciosas artesanías, antigüedades y típicos comercios de souvenirs. También se mantienen aún abiertas diversas mercerías que mantienen las antiguas fórmulas comerciales, atendiendo a su clientela como si de viejos conocidos se tratara. La Plaza Redonda se transforma completamente cada domingo al albergar unos de los mercadillos más curiosos de la capital, en el que tendrás la oportunidad de encontrar monedas, sellos, juguetes o libros.
Colón y Eixample
El escaparate de las mejores firmas de moda nacionales e internacionales.
Tiendas, tiendas y más tiendas.
La calle Colón es una de las principales arterias comerciales de Valencia, un lugar idóneo para comenzar tu ruta de shopping gracias a la excepcional cantidad y variedad de tiendas en las que perderte. Desde el extremo marcado por la plaza de toros tienes una extensísima avenida por recorrer, a lo largo de multitud de firmas de moda nacionales e internacionales que se convierten en el mejor escaparate para las tendencias de cada temporada. Colón destaca por sus tiendas de ropa y complementos, pero también dispone de numerosos establecimientos de lencería, ropa de hogar, artesanías o calzado; de hecho, en sus aledaños se encuentra la calle Juan Bravo, reconocida por sus tiendas de zapatos y accesorios. Al final de la ruta es indispensable visitar el Mercado de Colón, lugar perfecto para descansar en cualquier de sus terrazas tras una agitada jornada de compras.
Paz, Poeta Querol y Plaza del Ayuntamiento
¿Dos palabras que definan a esta zona comercial? Lujo y exclusividad.
La meca de la moda.
Siempre se ha dicho que la moda y el shopping de Valencia se ha dividido en cuatro puntos clave a lo largo de la ciudad: Ciutat Vella, el centro histórico, l'Eixample y la zona de Poeta Querol. Ésta última ha sido concebida una de los lugares más lujosos de la capital, donde encontrarás las marcas más selectas y exclusivas si quieres autocomplacerte con un capricho: Montblanc, Michael Kors, Lladró, Louis Vuitton, Salvatore Ferragamo y una larguísima lista de opciones destinadas a los bolsillos más afortunados. No obstante, estos exclusivos establecimientos se mezclan con firmas más pequeñas y algo más asequibles, cargadas de originalidad. Se localiza en pleno casco antiguo, a unos pasos de la Plaza del Ayuntamiento, por lo que se trata de una opción excelente durante la visita al centro de Valencia.
El Barrio del Carmen
Calles peatonales, fachadas de antaño y anarquía comercial: un barrio fascinante.
Histórico, atractivo, encantador.
Ubicado entre las antiguas murallas cristiana y musulmana, es uno de los emplazamientos más antiguos de Valencia; ha visto crecer la ciudad, pero ha sabido mantenerse al margen de los movimientos más modernos, algo que le ha convertido en el barrio con mayor encanto del núcleo urbano. Sus pequeñas calles, muchas de ellas peatonales, se pierden entre las fachadas de antiguos edificios manteniendo el sabor de antaño, privilegio que le transfiere una mística incomparable. Es especialmente recomendable perderse por sus calles al caer la tarde, cuando se llena de vida y acoge una gran oferta de ocio y restauración. También se erige como paraíso para los amantes de las compras, con tiendas heterogéneas que nada tienen que ver con otras zonas comerciales y que están distribuidas de una manera más deslavazada y anárquica. Es una visita obligada.
Mercado de Colón
Bares y tiendas gourmet dentro de un edificio excepcional.
De clara influencia catalana.
El arquitecto Francisco de Mora y Berenguer fue uno de los artistas más importantes del siglo XX; tanto, que sus edificios se convirtieron en los símbolos del modernismo más importantes de la capital. No en vano, este Mercado de Colón está declarado como Monumento Nacional. El edificio se levantó en el año 1916 para dar cobertura al popular Ensanche de Valencia, dominado entonces por la burguesía, alzándose como una enorme obra de tonos rojizos y con grandes arcos abovedados. Fue restaurado en 2003 manteniéndose completamente fiel a su arquitectura original, y en la actualidad se ha transformado en un gran centro de hostelería con diversos comercios que ofrecen productos de corte gourmet. La originalidad y belleza del edificio permiten que sea un centro muy frecuentado por los valencianos.
Mercado Central
Productos de gran calidad + arquitectura modernista = ¡espectacular!
Un viaje por el túnel del tiempo.
Entrar al Mercado Central de Valencia supone retroceder en la historia hacia momentos insospechados, pues ya funcionaba como tal en los tiempos de dominación árabe. Este edificio de estilo modernista es uno de los puntos más visitados cada día por los valencianos, ya que cuenta con más de trescientos establecimientos donde encontrar productos frescos y auténticas joyas de la huerta y el mar Mediterráneo. Además, se caracteriza por ser el primer mercado del mundo que decidió informatizar las ventas y distribuir a domicilio, algo que lleva haciendo desde el año 1996. Su visita también merece la pena para deleitarse con su arquitectura, que combina de un modo armónico el vidrio, las columnas, el metal y las cúpulas, asemejándose a una verdadera catedral. Se ubica muy cerca de la Lonja de la Seda, en pleno centro de la ciudad.
Comer en el interior
La gastronomía de interior ofrecerá cautivadores secretos a tu paladar.
Nos vamos de excursión al monte.
Pese a la popularidad y protagonismo innegable de la costa valenciana, los alrededores de la capital del Turia ofrecen diferentes alternativas a la playa igualmente llamativas. El interior de la región valenciana guarda numerosos paraísos para montañeros y amantes de la naturaleza. De su amplia oferta, te recomendamos probar la cocina del Valle de Albaida, una comarca compuesta por 34 municipios en la que se cocinan auténticos manjares elaborados con productos locales: la cazuela de arroz al horno, la coca de tocino y setas, suculentos embutidos como butifarra y sobrasada, los pimientos rellenos o sus quesos artesanos. Pero, sin duda, la receta más conocida de esta zona es el Arrop i tallaetes, una especie de almíbar procedente del mosto de la uva al que se le añaden trozos de calabaza, melocotón o ciruela, característico por su intenso color negro. ¡Te encantará!
Platos de invierno
La caldera es uno de los platos más tradicionales de la huerta valenciana.
Para disfrutar de una buena mesa.
Los inviernos valencianos no alcanzan la severidad de aquéllos que afrontan otras regiones españolas, pero su huella también se acaba notando en la mesa. Por ello, si visitas Valencia durante los meses invernales, no puedes dejar de probar sus platos típicos de temporada; como viene siendo habitual, la variedad también es signa de mención. La receta estrella de la huerta mediterránea es el arroz con judías y nabos (arròs amb fesols i naps en lengua valenciana), un plato contundente cocinado normalmente con manitas de cerdo y que suele prepararse durante ciertas fiestas a modo de comida popular. También se conoce como caldera, y es especialmente recomendable probarlo en la región de Ademuz, en las afueras de la ciudad. Otras interesantes opciones son las típicas olletas, el puchero de San Blas o el cocido de pelotas, que se toma el día de Navidad.
Vinos de Valencia
Vinos, licores, mistela y la célebre agua de Valencia: una interesante variedad.
¡A vuestra salud!
El agradable clima de la región valenciana ha permitido que la zona del Levante se convierta en un lugar idóneo para el cultivo de vinos y licores, todos ellos de una factura excelente. De hecho, aquí residen varias Denominaciones de Origen, como es el caso de los vinos blancos de Alta Turia y la Serranía. No se quedan atrás los vinos tintos, pues de estas cosechas proceden los afamados caldos de Requena, Utiel y Campo de Liria. Eso sí, mención aparte merecen dos de las bebidas alcohólicas por excelencia de la región: por un lado, la mistela, que combina a la perfección la fuerza de su graduación alcohólica con su sabor dulce, por ello es habitual tomarla para acompañar los postres; por otro, la popular agua de Valencia, que mezcla el jugo de las prestigiosas naranjas valencianas con cava, preferiblemente de la región. ¡Opciones nunca te van a faltar!
Horchata de chufa y fartons
Natural y realmente deliciosa, es la bebida por excelencia de la ciudad.
El mejor refresco del verano.
La horchata de chufa es sin duda la bebida más popular de Valencia, todo un símbolo que ha llegado a traspasar fronteras. Su ingrediente principal es la chufa, un herbáceo que se cultiva en los pueblos del norte de la región y cuyo fruto es un curioso y casi desconocido tubérculo. Este dulce brebaje se remonta a la época de la dominación árabe, aunque existen teorías que apuntan a su origen en el antiguo imperio egipcio o en el lejano Oriente: lo que sí sabemos con seguridad es que es el refresco preferido por los valencianos para combatir las altas temperaturas veraniegas y primaverales. Lo habitual es acompañar la horchata con unos sabrosos fartons, bizcochos dulces de forma alargada y glaseados con azúcar. Por toda la ciudad encontrarás sitios donde probarla, pero te recomendamos especialmente alguno de los puestos de comida que rodean la catedral.
Los postres valencianos
Crisol de culturas en múltiples miniaturas repletas de sabor.
¿Podrás decidirte por cuál empezar?
La cocina valenciana ha bebido históricamente de las diferentes culturas que han dejado su sello en la ciudad, una nota ecléctica que le ha permitido alcanzar rasgos sublimes en diferentes aspectos culinarios, como los postres. Estas gastronomías han hecho de Valencia un lugar cosmopolita que permite ofrece recetas tan diferentes como los buñuelos, típicos de la época de las Fallas, la Coca de Llanda o el Arnadí, una creación heredada de la presencia árabe en la ciudad. No en vano, Valencia cuenta con una de las cartas de postres dulces más amplias de toda España. Los postres tradicionales se la época musulmana, elaborados con almendras o miel, conviven con otros tradicionales como la popular mocadorà (mazapán con forma de fruta), los huesos de santo o el sempiterno turrón. ¡Te chuparás los dedos!
Comer en los alrededores del Mercado Central
Una de las mejores zonas del casco antiguo para tapear.
Comiendo y callejeando.
¿Vas a visitar el centro de la ciudad? ¿Vuelves ya de recogida tras una preciosa jornada pateando el casco histórico? Sea como sea, frente a la escalinata principal del Mercado Central verás numerosos locales con barras al aire libre, música y terrazas fabricadas a partir de barriles y sillas altas. Estos improvisados establecimientos ofrecen una amplia variedad de platos típicos para comer allí mismo o para llevar si tienes algo de prisa. También algunos de estos locales venden paelleras y utensilios para su elaboración, por si quieres dejar salir en casa tu alma de chef. En los últimos años, la oferta se ha ido diversificando de tal manera que hay opciones para todos los gustos: jugos y cocina vegana (Almalibre Açaí Bar), productos frescos del mar (Crudo Bar) o cocina mediterránea (Carosel) son algunas de las múltiples alternativas que encontraremos en esta zona.
De tapas por la ciudad
Sabrosos bocados en una envidiable oferta gastronómica.
Verdadero arte comestible.
Las tapas en Valencia forman parte de una tradición que se ha ido transformando en verdaderas obras de arte con el paso de los años, mejorando aún más su sabor mordisco a mordisco. Salir de tapas es una de las maneras más completas y divertidas de degustar la exquisita gastronomía de la región mientras vas conociendo la ciudad, pues en cualquier punto de la capital tendrás la oportunidad de catar sus distinguidos sabores. Sepia a la plancha, clóchinas, tellinas, patatas bravas, boquerones en vinagre, croquetas de bacalao, michirones, tortilla de patata y un larguísima etcétera que satisfará hasta el paladar más exigente. El centro histórico es una zona estupenda para disfrutar del tapeo, desde la Plaza de la Virgen hasta el Barrio del Carmen, al igual que el área del puerto de Valencia, donde el paseo marítimo se convierte en un verdadero paraíso culinario.
Restaurante Submarino L´Oceanogràfic
Cocina de autor en un entorno rodeado de peces, bajo el mar.
Sensaciones indescriptibles.
El punto álgido de la marcada relación entre Valencia y el mar se encuentra sin duda en este peculiar restaurante submarino, ubicado dentro del Oceanografic de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Si alguna vez soñaste con cenar rodeado de peces o tomar una copa en un enclave marítimo sin parangón, aquí dejarás volar tus sentidos. Su oferta gastronómica se basa en una cocina de autor a precios realmente asequibles para darte un capricho: ofrecen tres opciones que van desde 35 a 45€ por persona; en el horario de cena sólo ofrece un menú. Sus platos se caracterizan por fusionar productos tradicionales con toques vanguardistas en una presentación realmente cuidada. Te recomendamos que te reserves para probar los postres de este restaurante submarino, pues se trata de recetas caseras típicamente valencianas.
Restaurante Mateu
Exquisitos platos de pescado y un atardecer de ensueño. ¿Quién da más?
La cuna de la paella.
Cuenta la tradición que la cuna de la paella se encuentra en el Parque Natural de la Albufera, al sur de Valencia. A lo largo de estas playas se ubica un buen puñado de excelentes locales que ofrecen gastronomía típicamente valenciana, pero de entre todos ellos destaca el restaurante Mateu, en la localidad de El Palmar: su paella es sencillamente extraordinaria. En su carta cuenta con diferentes recetas de arroces, de fideuás y con una amplia gama de mariscos y pescados de primera calidad. Y si tu paladar está abierto a nuevos sabores, no olvides pedir su mítica 'All i Pebre', seguro te sorprenderá. Además, el restaurante Mateu te brinda la oportunidad de disfrutar de un paseo en barca antes o después de la comida en el que podrás contemplar uno de los atardeceres más llamativos de todo Valencia. Es el enclave perfecto para una velada romántica.
La paella valenciana
Valencia y Paella son dos palabras inseparables. ¡Buen provecho!
Símbolo de la gastronomía española.
La paella es no sólo el plato más importante de la gastronomía valenciana, también se ha convertido en un símbolo de la comida española a nivel internacional, una receta tan arraigada en el sentir de la población que hasta sus orígenes siguen siendo inciertos. Rigurosamente hablando, la paella hace referencia al utensilio de cocina sobre el que se prepara, pero el gran éxito de este manjar acabó otorgando nombre al plato. Aunque existen numerosas variedades, se puede afirmar que hay un decálogo de ingredientes indispensables para su elaboración: judía verde, pollo, conejo, garrofón, tomate, aceite de oliva, agua, azafrán y sal, todo ello para ser sumado al arroz. Son numerosos los lugares en Valencia donde poder saborear una excelente paella, desde las calles del casco antiguo y desde el Mercado Central hasta el Barrio del Carmen. ¿Apuestas algo a que querrás repetir?
L´Oceanogràfic
El acuario más completo de toda Europa, toda una experiencia para tus sentidos.
En una sola palabra: incomparable.
Sencillamente impresionante. Visitar Valencia y no disfrutar del Oceanogràfic es poco menos que un sacrilegio, pues no se trata de un simple zoológico marino: es el mayor acuario de Europa, un lugar donde se encuentran representados los ecosistemas marinos de todo el mundo. Formado por un complejo de diferentes edificios, cada uno de ellos está enfocado a un punto específico de la superficie marítima: Mediterráneo, Humedales, Mares Templados y Tropicales, Océanos, Antártico, Ártico, Islas y Mar Rojo conforman cada una de las temáticas concretas. Cuenta con más de quinientas especies a lo largo de sus instalaciones. Especialmente conocidos son sus espectáculos con delfines, que harán las delicias de los más pequeños de la casa, así como su restaurante submarino, donde tendrás la oportunidad de vivir una experiencia única.
Museo de la Ciudad
La colección pictórica más importante de artistas valencianos desde el siglo XV.
Esencia de la cultura regional.
Ubicado en el corazón de la ciudad y a medio camino entre otros grandes atractivos turísticos, este centro ocupa el antiguo Palacio de los Condes de Berbedel, un gran ejemplo de la arquitectura señorial de la región. Tanto su fachada como el interior del edificio se caracterizan por un marcado eclecticismo de estilos. El Museo de la Ciudad sobresale por albergar una de las más ricas colecciones artísticas de la capital, con obras realizadas por los grandes pintores valencianos desde el siglo XV hasta nuestros días, aunque su amplísimo fondo impide que todas estén expuestas. También cuenta con muestras de esculturas y elementos típicos de la cultura valenciana, abarcando temas tan diversos como la numismática, medallas, grabados o material cartográfico de siglos pasados relacionado con Valencia.
Palacio de las Artes Reina Sofía
Epicentro cultural de la ciudad desde su inauguración en 2005.
La mayor ópera del mundo.
Calatrava diseñó este gigantesco edificio con la intención de aportar un nuevo símbolo a la capital valenciana, y lo consiguió. El Palacio de las Artes Reina Sofía es el eje de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, una inmensa estructura que pareciera emerger de las profundidades de la costa mediterránea. Actualmente constituye la sede de la Orquesta Sinfónica de la Comunidad Valenciana, y nació para convertirse en el edificio de ópera más grande del mundo, rebasando sus medidas incluso a las de la Ópera de París. Inaugurado en el año 2005, se ha erigido desde entonces como uno de los epicentros de la actividad cultural de la ciudad: disfrutar de alguna ópera en su interior supone un verdadero privilegio, teniendo en cuenta que por su escenario han pasado artistas de primer nivel. Es especialmente sugerente la visión que arroja su iluminación nocturna.
Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad (MuVIM)
Un auténtico must: arquitectura y exposiciones de lujo.
Obra de Vázquez Consuegra.
El MUVIM es en sí mismo una doble visita: su exterior, obra del popular arquitecto sevillano Guillermo Vázquez Consuegra, constituye uno de los mejores ejemplos de edificios contemporáneos de Valencia; su interior, compuesto por exposiciones permanentes de gran valor, se complementa con originales exposiciones temporales que abarcan las expresiones más vanguardistas. De entre sus exposiciones permanentes destaca la Ruta del Pensamiento, un viaje guiado desde la Edad Media hasta nuestros días que nos ayudará a comprender la cultura occidental a lo largo de la historia. La programación que desarrolla a lo largo del año acoge conferencias, jornadas, congresos y ciclos de cine, albergando además otros espacios como una biblioteca o un centro de talleres didácticos.
La casa de San Vicente Ferrer
Visita obligada a la casa del querido patrón valenciano.
Veneradísimo San Vicente.
El patrón de la Comunidad Valenciana es realmente querido a lo largo de la región; no en vano, se dice que solamente se guardan buenos recuerdos de este dominico, erudito y valenciano predicador. Los valencianos le llaman con cariño Sant Vicent el del ditet, debido a la gran cantidad de imágenes en las que aparece con el dedo levantado, pues cuentan las historias populares que así logró concebir numerosos milagros. A pesar de que la casa natal en la que nació el santo en el año 1350 poco tiene que ver con su estado actual, aún se conserva la habitación de San Vicente y una esencia mística que impregna la visita gracias a los motivos que narran su vida y milagros. En el interior también hay una iglesia de estilo gótico. Es especialmente llamativa su composición de dos cuerpos articulados por una torre, así como las cerámicas que decoran la casa, del siglo XVIII.
Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM)
¡Cualquier manifestación artística es acogida en este museo!
Originalidad desde sus raíces.
El IVAM se ha caracterizado desde sus inicios por mostrar y difundir la esencia de las principales corrientes del arte moderno, abarcando todas sus vertientes. Sus actividades pueden definirse claramente con dos adjetivos: multidisciplinares y originales, dando cabida a todas las manifestaciones artísticas posibles. Además de las colecciones al uso, se organizan charlas, coloquios, conciertos, presentaciones, performances, mesas de debate y prácticamente cualquier iniciativa artística que puedas imaginar. El edificio está dividido en dos espacios diferenciados: por un lado, la sala de Julio González, uno de los escultores catalanes más influyentes en la primera mitad del siglo XX, que acoge casi 400 de sus obras; por otro, la sala de Ignacio Pinazo, pintor valenciano erigido como figura clave del impresionismo a principios del siglo pasado, y que alberga más de cien de sus cuadros.
Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de Valencia
Su esencia radica en su lema: 'Prohibido no tocar, no sentir, no pensar'.
Santiago Calatrava en esencia.
La Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia fue un gigantesco proyecto arquitectónico, cultural y de ocio que se desarrolló en la ciudad a finales de los años 90 y principios del 2000, provocando un vuelco sin precedentes en la capital y metiéndola de lleno en el siglo XXI. Hoy en día es su principal foco de turismo. La gran relevancia de este espacio encuentra su culmen en el Museo de las Ciencias, diseñado por el célebre arquitecto Santiago Calatrava y con unas dimensiones de 26.000 m²: se trata de un centro dedicado por completo a la ciencia, la tecnología y el medio ambiente que se ha convertido en referente mundial tanto por las actividades que desarrolla como por la forma en la que ha acercado la cultura a los ciudadanos. Especialmente interesante resulta su Péndulo de Foucault, uno de los más largos del mundo.
Museo Fallero de Valencia
Si quieres empaparte de la cultura típicamente valenciana, éste es tu sitio.
Ninot indultat!
Las Fallas son las fiestas más conocidas y celebradas de Valencia, una tradición con gran peso histórico a sus espaldas: es el momento en el que los maestros falleros sacan a relucir sus fallas, esas figuras tan particulares que representan de manera satírica temas políticos, sociales o de entretenimiento. Todas ellas serán quemadas al final de la festividad; todas menos una, el ninot indultat, que es salvado del fuego por votación popular y que acaba siendo expuesto en este centro, al igual que el de corte infantil. La colección del Museo Fallero está compuesta por todos los ninots que han sido indultados desde el año 1934, al tiempo que alberga numerosos carteles de las fiestas de las Fallas y variadas fotografías relacionadas con esta celebración. Es una oportunidad única para ver de cerca la complejidad y trabajo de estas preciosas obras.
Museo Nacional de Cerámica González Martí
Inmenso edificio en el que no puedes perderte la Carroza de las Ninfas.
Un rococó grandilocuente.
Hablar del Palacio del Marqués de Dos Aguas es hablar de una de las grandes obras españolas de estilo rococó, localizada en pleno casco histórico de Valencia. Antiguamente fue la casa solariega de los Rabassa de Perellós, una de las familias más acomodadas del siglo XVIII, pero tras su remodelación acabó configurándose como una de las construcciones civiles más características de la ciudad gracias a su peculiar ornamentación. En el año 1949 fue adquirido por el Estado para albergar unos años más tarde la colección de cerámicas donada por Manuel Gómez Martí, erudito y coleccionista de la época. Además de la increíble colección de cerámica, esconde otras estancias espectaculares como el Patio de los Carruajes, una enorme sala en la que destaca la grandiosa Carroza de las Ninfas.
Museo de Bellas Artes San Pío V
Sus tablas góticas de los siglos XIV y XV te dejarán boquiabierto.
Grandes obras de la pintura universal.
A un lado, el serpenteante río Turia; al otro, los enormes Jardines del Real, conocidos como Los Viveros; y, en el centro, el Museo de Bellas Artes San Pío V, pilar cultural de Valencia y uno de los centros más importantes de España. Destaca especialmente por su colección de tablas góticas de los siglos XIV y XV, con gran presencia de artistas locales y regionales de la época. Además, cuenta con obras universales de genios de la pintura como Velázquez, Murillo, José de Ribera, Goya o Valdés Leal, así como una extensa colección de obras sobre papel que alberga mas de 10.000 dibujos y grabados. El inmenso edificio fue levantado en 1683 por iniciativa del arzobispo de la ciudad para la formación de sacerdotes, aunque a lo largo de su historia fue dispuesto para otros usos diferentes, como por ejemplo una academia militar durante el siglo XIX.
Museo de la Almoina
Centro neurálgico de los siglos de historia valenciana.
Arqueología en estado puro.
El Centro Arqueológico de la Almoina puede considerarse como el punto de partida de la ciudad de Valencia: los romanos fundaron Valentia hace más de dos mil años en este preciso lugar. Desde entonces, ha sido fiel testigo de la historia de la ciudad, habiendo pasado por ella el imperio romano, el dominio visigodo y la imperturbable influencia islámica, capítulos históricos todos ellos con presencia en este centro arqueológico. La Almoina fue inaugurada en 2007 después de años de intervenciones y numerosos descubrimientos. Especialmente recomendables son, por su grandiosidad, las termas romanas, uno de los circuitos de aguas termales más antiguos del mundo. Su recorrido muestra la mezcolanza y el mestizaje cultural que han caracterizado a Valencia a lo largo de los siglos y que le han otorgado a la ciudad esa diversidad tan característica.
Basílica de la Virgen de los Desamparados
Hogar de la jorobadita más famosa y querida de toda la región.
El refugio de la gerepudeta.
Este templo tiene la singularidad de ser el primer edificio barroco de la ciudad, construido entre los años 1652 y 1667. La basílica se encuentra ubicada a unos pocos pasos de la catedral, y de su interior destacan los frescos del pintor Antonio Palomino, de principios del siglo XVIII. El motivo de su edificación estribó en dar cobijo a la Virgen de los Desamparados, que ya entonces era considerada como la madre de todos los valencianos. En su interior descansa esta advocación de la Virgen, conocida cariñosamente como gerepudeta en lengua valenciana, un apodo que le viene por estar ligeramente inclinada hacia adelante y le hace parecer mínimamente jorobada. Es la patrona de la ciudad y también de la Comunidad Valenciana, y se encuentra flanqueada por Sant Vicent Ferrer, patrón de la Comunidad, y por Sant Vicent Mártir, patrón de la capital valenciana.
El Miguelete
¿Quieres disfrutar del mejor atardecer de Valencia? ¡No te pierdas su mirador!
Cuando un nombre se convierte en emblema.
Con el nombre de 'El Miguelete' se conoce por extensión a todo el complejo de la Catedral de Valencia, pero en realidad se trata del torreón de estilo gótico que supone el punto más alto del templo. Esta torre fue un proyecto ejecutado por Andreu Juliá, uno de los arquitectos valencianos más reputados del siglo XIV, pero su fallecimiento antes de finalizar la obra obligó que fuera retomado por otros nombres ilustres como Pedro Balaguer y Martín Llobet, quien lo finalizó. Su nombre se debe a una de las doce campanas que componen el campanario, la que precisamente marca las horas: fue bendecida el 29 de septiembre de 1418, día de San Miguel, y desde entonces comenzó a concebirse a la torre entera bajo ese nombre. No sólo es uno de los iconos más representativos de Valencia, también un impresionante mirador: especialmente recomendables son las puestas de sol vistas desde El Miguelete.
Ayuntamiento de Valencia
Mezcla de edificaciones que ejemplifica la histórica simbiosis ciudadana.
Espectacular convergencia estilística.
Aunque durante muchos años ocupó los terrenos donde ahora se encuentra el Palacio de la Generalitat, fue en 1854 cuando el Ayuntamiento se trasladó a su actual emplazamiento. El edificio está compuesto por dos partes diferenciadas tanto por su estilo como por la época en que se construyeron: por un lado, la antigua Casa de Enseñanza, del siglo XVIII y de estilo neoclásico, que fue sede de una relevante escuela femenina; por otro, la ampliación posterior con la que se completó su gran fachada, ejecutada en las primeras décadas del siglo XX en un estilo neobarroco. Su esplendor también puede vislumbrarse en el interior, con creaciones como la célebre escalinata de mármol o el salón de fiestas. La Casa Consistorial se encuentra precedida por la enorme Plaza del Ayuntamiento, otro gran núcleo del centro urbano.
Estación del Norte
Todo un clásico: fotografiarse delante de la espectacular Valencia-Término.
Imposible que pase desapercibida.
La Estación del Norte, también denominada Valencia-Término, es la principal terminal de ferrocarril de la ciudad. No sólo destaca por su ingente vaivén de personas, con alrededor de quince millones de pasajeros al año, sino por el marcado y esbelto estilo modernista que la convierte en uno de los monumentos más reconocibles de la ciudad. Fue inaugurada en el año 1917. Cuenta con una cuidada ornamentación diseminada a lo largo de sus enormes dimensiones y de sus paredes de azulejo, haciendo gala de algunos de los motivos más típicamente valencianos: entre ellos, destacan las alusiones a productos de la célebre huerta regional. Los mosaicos de la antigua puerta de acceso fueron elaborados por José Mongrell, uno de los pintores valencianos más importantes de los siglos XIX y XX. La foto ante su majestuosa entrada es obligatoria para guardar un gran recuerdo de esta bellísima estación de tren.
Lonja de la Seda
Majestuosidad gótica para un edificio clave de la economía valenciana.
La catedral del comercio.
La Llonja, como es conocida por los vecinos, comenzó a ser construida en el año 1482 para convertirse en el emblema del Siglo de Oro en Valencia y en uno de los puntos comerciales clave de todo el Mediterráneo. Durante el desarrollo de la ciudad en el siglo XV, su industria textil llegó a gozar de tal fama que comerciantes de todo el continente llegaban a este puerto para hacerse con las mejores telas del mercado. Se trata de una de las obras más importantes del gótico civil en España, alzándose la Sala de Contratación (también conocida como Salón Columnario por sus columnas de once metros de altura) como máximo exponente de este templo comercial, muestra del desarrollo que llegó a alcanzar la burguesía valenciana. La Lonja de la Seda fue declarada en 1996 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Plaza de la Virgen
Sede del conjunto monumental más importante de la ciudad.
El foro valenciano por excelencia.
Es la plaza más importante de todas las que alberga el núcleo urbano, ubicada en pleno centro y testigo de excepción de la evolución y crecimiento de Valencia, pues fue en este lugar donde la ciudad comenzó a constituirse como tal. A su alrededor se dan cita la Catedral de Santa María, la Basílica de la Virgen de los Desamparados y el Palacio de la Generalitat Valenciana, conformando el conjunto monumental más emblemático de la capital. También tiene lugar en la Plaza de la Virgen la ofrenda de flores durante la semana de Fallas. ¿Una curiosidad? En la puerta de los Apóstoles de la Catedral se convoca cada jueves a las 12 del mediodía el Tribunal de las Aguas, la institución jurídica más antigua de Europa, que lleva en funcionamiento en este mismo lugar... ¡desde hace más de mil años!
La puerta de Serranos
Vestigio de la muralla en el que hoy se anuncia el comienzo de las Fallas.
Todo un símbolo de la ciudad.
Concebidas como auténtico referente valenciano, hablamos de uno de los monumentos mejor conservados de la ciudad: aún hoy en día se sigue considerando como su entrada principal. La Puerta de los Serranos formaba parte de la antigua muralla medieval levantada a lo largo del siglo XIV hasta que el gobernador Cirilo Amorós ordenó derribarla en el siglo XIX, y debe su nombre a la comarca hacia la que se dirigía el camino de acceso. Además de funciones meramente defensivas, ha albergado ceremonias y entradas oficiales de reyes y ha funcionado como prisión o como depósito de las obras evacuadas del Museo del Prado durante la Guerra Civil Española. Actualmente puede ser visitada, ofreciendo desde lo alto increíbles vistas de Valencia. También tiene el honor de acoger la proclamación de las fiestas de las Fallas, las más importantes de la capital.
Torres de Quart
Historia viva de los mayores conflictos bélicos en la historia de España.
Monumento con heridas de guerra.
Estas atalayas gemelas se erigen, junto a las Torres de Serranos, como las dos puertas que aún se mantienen en pie de las doce que un día permitieron el acceso a la ciudad. Las torres de Quart formaban parte de la muralla medieval que rodeaba Valencia para defenderla de invasiones enemigas, y reciben su nombre de la localidad a la que dan paso: Quart de Poblet. Fue la entrada oeste a la ciudad Valencia, permitiendo el paso a los numerosos comerciantes que procedían de Castilla. Atónitas espectadoras en la Guerra de la Independencia francesa, la Guerra de Secesión provocada por la muerte del monarca Carlos II y la Guerra Civil Española, todos estos conflictos armados lograron hacer mella en sus muros, unas heridas que pueden ser contempladas a simple vista y que muestran la crueldad de los episodios bélicos más destacados de la historia española.
Catedral de Valencia
Edificio que alberga el significado de todas las etapas históricas de la capital.
Una perfecta mezcla de estilos.
La catedral de Valencia tiene la virtud de aunar todos los elementos que componen el alma de la ciudad. Se comenzó a construir en el siglo XIII sobre los muros de un edificio en el que hoy día descansan retazos de las corrientes románica, gótica y barroca, y cuenta con tres entradas, una por cada corriente: la Puerta del Palau (románica), la Puerta de los Apóstoles (gótica) y la Puerta de los Hierros (barroca). Pero si hay un símbolo que defina al gran templo valenciano, ése es El Miguelete, una torre de más de cincuenta metros de altura que comenzó exenta de la catedral y que acabó siendo su elemento más conocido; se trata de una obra de de Andreu Juliá, que comenzó este proyecto aún en época medieval. Como curiosidad, cuenta la leyenda que en su Capilla del Santo Cáliz reside el cáliz con el que Jesucristo terminó la Última Cena.
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